lunes, 9 de enero de 2012

Miedo

Tengo miedo. Me ancla a un espacio donde mi ser clama ser abrazado, rescatado. Permanezco demasiado tiempo en este lugar, incapaz de liberarme, intento respirar como si el oxígeno fuese a terminarse en cualquier momento, mi mirada sin aire, es absorbida hacia estancias de oscuridad y terror, y allí paralizada, espera el momento en que el paisaje deseado tan violentamente vuelva. Si esta situación se prolonga mucho, y mi cuerpo y mi alma continúan dominados, al final, viene la lluvia. Y tras ella, el paisaje deseado, y el color a mis mejillas, y el aire que hace cosquillas en mi boca. A veces ocurre esto, otras no. O si ocurre, no pasado mucho tiempo, él vuelve y de nuevo me arraigo en el desconsuelo y la crueldad de habitaciones que invitan a la muerte.

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