No estás pero el viento me calma y me trae tu caricia.

El Sol me muestra tu piel de oro.

Las nubes la posibilidad eterna de encontrate.

Me reconocerás
queriendo arrebatarle al Sol
algunas de sus llamas.
Me reconocerás
en el embeleso de mi alma,
seducida por un rostro que me sonríe
como lo haría un astro que acaba de nacer
y ocupa su pequeño lugar en este Universo;
apasionadamente,
mostrándome su existencia
a través de su luz.


Yo también soy un astro,
volando mi mirada junto a la tuya,
guiándonos al descubrimiento
de la indómita belleza
que emana lo que somos.


(De tesoros que se buscan a sí mismos).

Ubicua

Ubicua

Soledad,

Allí donde vaya,

estás...

Allí donde río,

allí donde amo,

donde deseo,

donde sufro,

donde caigo…

Ubicua soledad,

que amas por igual

mi desconsuelo

y mi pasión,

mi insulto,

mi arrebato,

mi fervor.

Yo,

y tu empeño.

por tenerme.

Te enardezco

en mis sonrisas,

y allí estás,

radiante, indócil,

ebria

soledad.

Y cuando en mi nostalgia

te venero,

acudes,

en vitreas lágrimas

que brotan

de tu alma.

La ventana de agua

Podría
pasar largas noches
esperando.
Aún en el sueño.
Y despertar
en mis ojos
estáticos, secos, lejanos.

La ventana de agua.
Éxtasis anegado.

Cuando unos ojos se alzan hacia otros ojos.

Cuando unos ojos se alzan hacia otros ojos. Faros solitarios en mitad de un océano oscuro que se
descubren, deslumbrándose. Por fín la radiante luz encuentra su destino; en reflejo, comienzan a habitarse. Cesa el furioso rugir de las olas, el deseo naúfrago en un mar de fuego y hielo, se entrega a la cálida costa.

(Desde la isla de lo posible)

Disuádeme de la verdad.

Disuádeme de la verdad- dijo Jerome-. Marie le observaba suspensa en su acallada mirada. Más allá de esas palabras habitaba el deseo exhausto de ser, de conocer, más no hallaba respuestas, o tal vez ni siquiera había tenido el valor de interrogarse a sí mismo.

Persigue ese sueño que tanto deseas, o al menos ese que alguna vez anhelas o anhelaste, quien sabe , tal vez llegues hasta él , o tal vez te lleve a otro que nunca imaginaste. Ella entendía muy bien lo que Jerome quería decirla, ambos entendían que la verdad no se busca, sino que se encuentra, podrías perseguirla pero no siempre permitía ser alcanzada, muchas otras era el camino a otras certezas y estás a su vez el camino a otras...

Estoy algo cansada de perseguir sin obtener el placer de lo alcanzado, vacía de todo, o tal vez de nada, brújula inquieta, estaría bien encontrar un norte distinto, tal vez un sur definitivo.

Sí, tal vez...puede que nos empeñemos en romper todas las direcciones cuando no hay más que esas, cuando si nos desorientamos ,no tenemos más remedio que recurrir a esos puntos, eso... o vagar por la Nada, o tal vez por el Todo que nunca existió, que nunca inventamos.

Cerrar los ojos, eso deseo Jerome,¿me acompañas?.

Ingrávida

Me besaste.

Mis labios,
aún soñando.
Mi mano,
volando
la estela dorada.

Mi alma,

en deseo,

ingrávida.